Trigésimo segundo Domingo del Tiempo Ordinario / Thirty-second Sunday in Ordinary Time
"Jamás será pobre una casa caritativa." (San Juan Maria Vianney)
"El Señor nos llama a un estilo de vida evangélico de sobriedad, a no dejarnos llevar por la cultura del consumo. Se trata de buscar lo esencial, de aprender a despojarse de tantas cosas superfluas que nos ahogan." (Papa Francisco)
"¿Vivo realmente el desprendimiento de las realidades terrenales? ¿Está mi corazón vacío de cosas? ¿Puede mi corazón ver las necesidades de los demás? El programa del cristiano — el programa de Jesús — es un 'corazón que ve'." (Benedicto XVI)
El Señor provee para las necesidades de Elías cuando la viuda de Sarepta comparte con el lo poco que tiene. La generosidad se refleja en la de la viuda del templo quien da de su pobreza y no de su demasía, privilegio o exceso. En Jesus, Dios se hizo pobre por nosotros, entregándose para quitar nuestros pecados.
"A charitable house will never be poor." (St. John Vianney)
"The Lord calls us to an evangelical lifestyle of sobriety, to not let ourselves be carried away by the culture of consumption. It is about seeking the essential, learning to get rid of so many superfluous things that suffocate us." (Pope Francis)
"Do I genuinely live in detachment from earthly realities? Is my heart empty of things? Can my heart see the needs of others? The Christian's program — the program of Jesus - is 'a heart which sees'.” (Benedict XVI)
The Lord provides for Elijah's needs as the widow of Zarephath shares with him from her want. Her generosity is mirrored in the widow in the temple who gives from her poverty and not from power, privilege or excess. In Jesus, God became poor for us, offering himself to take away our sins.