Second Sunday of Ordinary Time / Segundo Domingo del Tiempo Ordinario

Life is like a cycle in our church calendar. Regardless of the season, God is always there for us no matter what. Christmas season is over and we're back to Ordinary Time. We continue our journey with Jesus, in his public life and ministry. Jesus is always inviting us to journey with him in order to reach our final destination, Heaven. The gospel relates his first miracle by turning water into wine. But this happened when Mary told the servers, “Do whatever he tells you”. As Christians, we are all servers of God. Mary taught us the importance of obeying God's will as she was herself a great example of obedience saying “Behold the handmaid of the Lord, be it done to me according to thy Word”. Mary was full of grace because she is obedient to God's will. May the words of Mary to the servers be our guide, “DO WHATEVER HE TELLS YOU”. In our journey of faith, what matters most is not what we say but what God says, not our will but God's will be done. Amen!


La vida es como un ciclo en el calendario de nuestra iglesia. Independientemente de la temporada, Dios siempre está ahí para nosotros pase lo que pase. La temporada navideña ha terminado y volvemos al Tiempo Ordinario. Continuamos nuestro camino con Jesús, en su vida pública y ministerio. Jesús siempre nos invita a caminar con él para llegar a nuestro destino final, el Cielo. El evangelio relata su primer milagro al convertir el agua en vino. Pero esto sucedió cuando María les dijo a los servidores: “Hagan lo que él les dice”. Como cristianos, todos somos servidores de Dios. María nos enseñó la importancia de obedecer la voluntad de Dios ya que ella misma fue un gran ejemplo de obediencia diciendo “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra”. María fue llena de gracia porque es obediente a la voluntad de Dios. Que las palabras de María a los servidores sean nuestra guía: “HAGAN LO QUE ÉL LES DICE”. En nuestro camino de fe, lo que más importa no es lo que decimos sino lo que Dios dice, no que se haga nuestra voluntad sino la de Dios. ¡Amén!